Evangelio del día y Santoral

Evangelio según San Lucas 15, 1-10

Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: "Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos". Jesús les dijo entonces esta parábola: "Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido". Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse". Y les dijo también: "Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido". Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte".

María, Madre y Mediadora de la Gracia

Según creencia general de los cristianos, la Virgen María es la mediadora entre los hombres y Cristo, a través de ella bajan a la tierra los bienes celestiales, y suben al cielo las peticiones de la tierra. Ya durante su vida terrena, María comenzó a ejercer su poder intercesor como en las bodas de Caná, o en Pentecostés. Ahora desde el cielo, lo sigue ejercitando con ilimitada plenitud. A ello se debe la tan arraigada devoción a María y el constante peregrinar de los cristianos a los grandes santuarios marianos del mundo.